MIGUEL ÁNGEL MÉNDEZ SALINAS

Estudió la Licenciatura en Artes Visuales (ENAP), completó sus estudios con el Diplomado Derechos Humanos, Memoria y Construcción de Paz (CC España/ U. del Claustro de Sor Juana); el Laboratorio de Producción Gráfica Audiovisual: Create4change (CENTRO/USAID/CIDAC); y Formación en Docencia e Investigación en Artes Visuales y Diseño y Comunicación Visual (ENAP). Fue miembro del Seminario de MMIV, con el trabajo “Museo de lo perdido: Arte Terapia-Sociedad”. Se ha desarrollado profesionalmente como ilustrador, en NVA (Non Violence in Action) LABS; como jefe del laboratorio: “Piensa, Dibuja y Actúa”, dedicado a crear estrategias para organizaciones que impulsan el cambio social y como docente en el “Colectivo Muñeca Fea A.C.” dedicado a trabajar con niños y jóvenes indígenas urbanos.

Museo de lo Perdido: Arte-Terapia-Sociedad

El Museo de lo Perdido se planteó con el objetivo de convertir el espacio público en un lugar constructivo, donde las personas pudieran desahogarse y compartir sus experiencias, en torno al dolor ocasionado por una pérdida. Este opera bajo el principio de la capacidad del ser humano de simbolizar sus emociones mediante el dibujo.

Éste no es mi dolor: Sesiones de Peluterapia (Con la participación de Diego Sexto)

Se instaló un consultorio en el parabús E-1 (Estadio Olímpico Universitario). El participante escribía sus malestares, sus síntomas, como cuando uno llega al médico, a manera de hoja de registro. En base en esta descripción se les cortaba el cabello como si se les extirpara un tumor, la finalidad era ofrecer un nuevo comienzo. Como resultado de esta intervención se investigó en conjunto con los participantes que cualidades o características encontradas en las plantas pudieran ayudar en su problema el resultado fue una serie de dibujos, en donde cada uno es la unión de varias plantas curativas.

Dibujo Ritual

El dibujo como una acción que parta de la experiencia personal del dolor y la pérdida para imaginar y crear de maneras desconocidas e inesperadas para la propia persona. Se trata de crear representaciones en formas imaginarias de sí mismo, declinaciones de la identidad, y proyectarlas a través de formas artísticas dentro de un decurso de creaciones que provocan poco a poco la transformación del sujeto creador y le indican un sentido, a fin de, conservar, traer a la memoria, mantener vivo el recuerdo, apropiarse del ser.