LAURA VALENCIA

Cuenda | Zona peatonal del Paseo de la Reforma, entre Av. Insurgentes y el monumento al Ángel de la Independencia, Ciudad de México | 10 y 11 de diciembre, 2011

Cuenda: madeja de hilo de 8mm de espesor.

El primer paso de la acción consistió en ha- cer cuendas de color negro, con una longitud equivalente al índice de masa corporal (imc) de un desaparecido, dato obtenido a partir de conocer su altura y peso. El negro no como luto o pérdida, sino para representar formal- mente un vacío visual.

Con apoyo de voluntarios, artistas y acti- vistas, se envolvieron con cuendas las figuras de 13 estatuas de personajes históricos libe- rales del siglo xix. Las estatuas fueron elegi- das por estar a escala natural y formar parte de una serie de monumentos abandonados en el espacio urbano, sin mantenimiento ni responsables de su resguardo. La idea fue hacerlas visibles.

Durante la acción de dos días, estos liberales “prestaron sus cuerpos” a los

desaparecidos, haciéndolos visibles de forma simbólica desde su ausencia: es decir, como vacío que no puede llenarse con nada ni con nadie. Se trató de un gesto escultórico que generó el diálogo directo entre más de 300 personas, contando peatones, voluntarios y familiares de víctimas.

Mi propuesta fue reconstruir esta ausen- cia-presencia con y desde el cuerpo, como una herramienta poética y de conocimiento. Primero mirando de manera crítica el modelo o paradigma mediático de los últimos años, el cual exhibe el cuerpo como botín de los distintos grupos de poder en México. Luego, esta reflexión me otorgaría elemen- tos para reconstruir esta ausencia-presencia con acciones como medir, pesar, calcular, extender o tocar, para evocar metro a metro la memoria íntima de lo primero que nos constituye: nuestro cuerpo.